En el ultimo post hablábamos sobre la vestimenta masculina según protocolo; Hoy toca la femenina, en la que también hay varias opciones, estilos... y puede depender de tantos factores.
Es muy importante
seguir a rajatabla las reglas que marca el horario. Si la boda es de
mañana, jamás podremos escoger un vestido largo. Siempre deberá ser de
talle corto, con un rango de diez centímetros por encima o por debajo de la
rodilla. Por el contrario, para la mañana podremos escoger ciertos detalles
para el pelo más llamativos como pamelas o tocados, que nunca deberemos
quitarnos ni en la ceremonia ni en el banquete.
En el caso de escoger
alguno de estos complementos, también hay que seguir algunas normas. Por
ejemplo, si se usa un sombrero, el traje debe ser siempre corto, y el
sombrero nunca debe sobrepasar el ancho de los hombros. Además, nunca podemos
acompañarlo de una pashmina. En España, por ejemplo, un elemento común en las
bodas, sobre todo en la zona de Andalucía, es la mantilla. En este caso,
se dice que el color debe ser crudo para las solteras y negro para las casadas,
puesto que es un complemento muy tradicional. Además, según marca el protocolo,
debe acompañar a trajes de una sola pieza y que sean de manga larga o media
manga.
Por su parte, el
protocolo marca que, sobre todo si se lleva traje corto, por mucho calor que
haga se debe llevar medias. Además, por lo general, si la boda es
religiosa y nuestro conjunto deja al descubierto los hombros, es aconsejable
llevar un chal para cubrirnos en la iglesia.
Lo mejor es averiguar
el estilo que va a seguir la novia y la madrina, pues si estas escogen un
estilo sencillo y discreto, las invitadas deben intentar no ir demasiado
llamativas o recargadas
Esta prenda también se conoce como traje de noche.
Por similitud podemos decir que es la prenda de mayor etiqueta en el vestuario femenino. Aunque los diseños son muy variados se caracterizan por la utilización de telas de alta calidad como rasos, gasas, sedas...
dependiendo de la temporada. Discretos escotes, tirantes sugerentes, espaldas al aire... la mujer cuenta con un amplio abanico de posibilidades a la hora de elegir un vestido de "etiqueta".
El vestido debe ser largo y cubrir las piernas, que a su vez llevarán medias de vestir aunque no se vean las piernas.
Zapatos altos y de vestir, de tacón fino. El bolso pequeño, de metal, carey o tela con pedrería. El conocido bolso de mano.
Un collar, unos pendientes o alguna sortija será suficiente. No es conveniente recargar con demasiados complementos. Es mejor pocos y buenos.
El vestido puede ser bordado, con incrustaciones de pedrería o de lentejuelas. Los colores oscuros (aunque influye mucho la moda son los más elegidos, el negro es el rey de la noche aunque no es adecuado llevarlo en las bodas). El color blanco en una boda es el color de la novia por lo que tampoco es el más correcto para las invitadas.
Respecto a las joyas, pocas y de calidad (un collar, unos pendientes y alguna pulsera y sortija).
"La noche permite vestidos más lujosos y brillantes"
Las perlas y los diamantes siguen siendo las reinas de la noche: son elegantes y no se pasan de moda. Los vestidos de noche, admiten incrustaciones de pedrería, lentejuelas y diseños más lujosos que los vestidos de día. Los colores, por regla general, oscuros (el negro sigue siendo el rey) aunque la moda influye mucho en ello. Admite vistosos complementos como los guantes largos hasta el codo o por encima de él. Abrigos de fantasía, o de visón, echarpes, mantones, etc.
Aunque algunos diseñadores como Ives Saint Laurent han creado el "esmoquín femenino" con pantalón, no puede ni debe cambiarse por el vestido largo. Es elegante, pero aún no es equiparable al vestido de noche. Al esmoquin-smoking y frac de los caballeros, les corresponde por norma general, el traje largo de las señoras, aunque en determinadas ocasiones, al esmoquin le puede corresponder el traje de cóctel, si la ocasión no es demasiado formal