El mantel aparece por primera vez en la historia en la época del Domiciano, cuando se utilizaba para cubrir una pieza de tela llamada "guasappe". Más tarde , considerado una moda francesa, el mantel era de gran tamaño y llegaba hasta el suelo, pese a que se ponía doblado por la mitad, colocando en los laterales unos cubre manteles estrechos en los que los comensales se limpiaban las manos y la boca. Durante la Edad Media, el mantel jugó un papel muy importante en el ceremonial, hasta el punto que se consideraba un honor comer en el mismo mantel que un personaje distinguido, y el puesto principal de la mesa se diferenciaba colocando un mantel que lo apartaba del resto de los invitados. En la corte de Enrique III se impuso la moda de usar dos manteles, uno superior, perfumado y plegado o plisado artísticamente y otro inferior más corto.
En la actualidad, la mayor elegancia se consigue utilizando un mantel único, amplio y colgante, con una caída mínima de 35 centímetros, conviene también que la forma del mantel sea la misma que la de la mesa.
Los manteles formales tienen que ser de un tejido, los materiales más habituales son el hilo o lino, el crepe y el damasco.
el color de un mantel para un almuerzo formal será siempre blanco o crudo o como mucho de un tono muy claro y suave. En los almuerzos si se admite un mayor grado de creatividad y originalidad en el color, pero en una cena serán siempre colores claros.
En eventos más informales, las mantelerías, sus tejidos y colores admiten un abanico más amplio de posibilidades, en el que intervienen factores como la moda, la época del año…
Mantelerías estampadas
Mantelerías lisas
Mantelería con detalle de chantilly
Mantelerías eventos informales
Y recordad la servilleta siempre a la izquierda y se recomienda que sea del mismo tejido y color que el mantel